La belleza se encuentra en una armonía entre las partes. Con el paso del tiempo esta armonía se va perdiendo. Aparecen en nuestro rostro y en nuestro cuello ciertas «marcas» que son el reflejo del envejecimiento.
Es posible que al principio sólo nos llame la atención el comienzo de una nueva arruga, la sensación de caída del tejido o simplemente el aspecto de la piel más apagado.
En estos casos acudimos al especialista para que nos solucione ese aparente único «defectillo» que asoma en nuestro rostro y nos conformamos con que nos rellene esa arruguita o nos paralice ese gesto tan pronunciado.
Actualmente tenemos la suerte de disponer de múltiples herramientas que combinándose de forma adecuada, nos permiten optimizar resultados.
Es por esto, que planteamos un estudio general en el que se proponen varias terapias combinadas para sacar el mayor rendimiento en resultados finales.
Ideal para momentos especiales donde queréis lucir radiantes o mejor aún, para el día a día donde siempre sois los protagonistas.